Luego de amanecer
llega el abrazo furtivo
sobre las sábanas de una cama desecha
de calor y delirio.
Luego de culminar su acto
besan al sol y la luna
dejan estelas de su mar y su saliva
juegan al amor descontrolado.
Acurrucan fuertemente sus cuerpos
se dejan llevar por el instinto
de un mañana esperado
halagando mutuamente sus ojos
despistando el temor a lo desconocido
y haciendo de sus almas
algo bello por conocer.
Luego de todo
se besan, se sienten
se dicen al oído
las palabras justas
para volver a renacer.