No es asunto de palomas
ni de invadir el cielo
con globos blancos.
Es darse.
Aceptar que tu color no es único
Es nadar en un mosaico
de piezas que no encajan.
Aceptar la lluvia a pesar de la humedad
Aceptar el sol aunque la tierra arda.
Dominar las vísceras
cuando lo que escuchas
no te suena.
Entregar el corazón aún
sabiendo que te han herido.