\"Te amo de un modo tal,/ que aún me dura el efecto/ de creer que la muerte es algo natural/ y existir para ti... perfecto\".
Cuando el amor no tiene una razón
simplemente nace ahí en el corazón
y llena el alma de su divina esencia.
Cuando el amor no tiene una razón,
puede ser alguna repentina canción
compuesta en honor a tu presencia.
Aunque el amor no tenga un motivo,
nace y te hace sentir muy viva o vivo
y te permite vivir con más intensidad.
Pues nace de lo grande, de lo pequeño,
nace así, de lo intangible de un sueño
o de lo palpable de una bella realidad.
Cuando el amor no tiene una razón
es así como una huérfana emoción
que nace sólo porque tiene que nacer
y en ti muchísimos orígenes tiene,
por ser como el viento que va y viene
acariciando todo tu cuerpo, mujer.
Cuando el amor no tiene una razón,
de todos modos aparece, es ilusión,
fantasía que está en ti y no descansa;
es belleza que sale hasta de tu voz,
esencia maravillosa con olor a Dios
y que viaja en forma de esperanza.
Cuando el amor no tiene una razón
igual lo ves en el adiós, en el perdón,
en la oración que con el alma se reza.
Es sentimiento que existe porque sí
y más debe existir en tu vida, en ti
que eres un canto dulce a la belleza.
Ya ves que sí hay siempre una razón
y el título de mi poema es equivocación
hecha a propósito para demostrarlo.
Es que es tan real que salta a la vista
y eres tú mujer, una maravillosa artista
con un mágico pincel para plasmarlo.
Cuando el amor no tiene una razón,
ve en tu persona la mejor ocasión
para hacerse probable, tangible
y entonces, de la noche a la mañana,
adquiere de ti una forma más humana,
y ya todo puede ser, ya todo es posible.
El amor siempre tiene una razón,
si nace de ti, de tu alma y corazón
y provoca tanto mi sentir de hombre.
Bendito sea el minuto, el segundo
en el que el amor vino al mundo
...con tu nombre.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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