Pronunciaste una tríada de dos palabras
en pleno ocaso de tus ojos
una playa fraguada por el destino
fue el escenario que atestiguó;
la adherencia de más equipo
a nuestro bagaje.
Nuestra liturgia
fue una flecha perpetrando al olvido
una canal hidratando a nuestro río;
que a veces
hace idilio con la sequedad.
Nuestros cuerpos
acincelaban al nudo; mas enrevesado de la historia
desentrenlazarlo una epopeya
un dolor de muela
hasta para Houdini.
Abordamos
al paraje más hospitalario
a millones de kilometros de caos
a la redonda.
hay equipo
que se le añade a nuestro bagaje
y su retiro
termina conviertiéndose
en sinónimo
de la imposibilidad.