Una mañana me desperté
y decidí que a mi familia abandonaré,
mi Dulcinea ya no me apetece
Y mis cuatro hijos no me estremecen.
Nuevos horizontes descubriré
y solo con mi lanza a muchos conquistaré,
Mi fortuna la trabajé
pisoteando al quien fuera, quien venga lo destruiré;
Si no me aceptan tal cual soy
A ellos también los acabaré.
No me importa dejar a nadie
Si mi Ego y Fortuna de placer me llenan,
Ver nuevos horizontes quiero
Llevando cientos de sirvientes a mis pies,
Miles de aventuras con mujeres deseo
No importan si me roban el dinero.
Remordimientos no tengo
Ya que años de mi vida entregué
A unos ingratos perversos
Que solo querían besos y de mi tiempo.
Descubrir nuevos mares y montes quiero,
Este es mi gran anhelo,
Ver amaneceres y lunas
Que borren para siempre mis sentimientos.
La vida es corta y total,
En el lecho de la muerte
Pedir perdón siempre puedo.