Me desespero
por no saber lo que quiero.
Pero no quiero sonar intenso
pues, hago lo mejor que puedo.
Me desespero
ante tanta injusticia
con ánimo de buenas noticias,
pero somos ciudadanos indolentes.
Me desespero
ante la idea del encierro,
sé que teniendo la verdad me libero
y libero automáticamente también a los demás.
Me desespero
por no conocer el país,
que mis antepasados conocieron
donde podías disfrutar de la vida,
y era un bendecido regalo
que nos fue entregado: por el cielo.
Tengo la esperanza,
que todo puede ser diferente
porque estoy vivo,
cada día sale el sol
y cada niño que nace
será un nuevo profesional,
que enorgullecerá a la sociedad.