En este silencio extrano
los veo decender
como minusculos extraterrestres
Vienen furiosos
hambrientos
buscando las ventanas
arrimandose a las puertas
atacando cejas y pestanas
bajo el peso de su danza.
Cada uno es diferente
su singularidad preciosa
el precio que han pagado
para dejar de ser.
Cuando llegan a la tierra
todo se detiene
se arrodillan
se denudan
se amarran al invierno
haciendolo mas denso
La tierra los recibe reverente
los arboles celebran su llegada
y yo...
recibo el universo
en un copo de nieve
que se disuelve en mi lengua.