Déjate de rimas y prosas,
No más graves o agudas,
O quizás una esdrújula,
Que puedan rimar entre si,
Ya no te escondas más,
Tras de tus líneas cada noche,
Déjala ya descansar tu fluidez,
Que escribes con tu pluma.
Deja en su sitio a la estrellas,
Que el sol brille como quiera,
Deja al viento bolar libre,
Con su aroma natural.
Ni le pidas a la luna si la ve,
Que le diga que estas pensando en ella,
Y a la noche tan oscura,
Que estas en algún lugar solo.
Déjalo a las olas de mar,
Que continúen en su murmullo,
Sin borrar algún nombre,
Que plasmen en la arena.
Deja también colgado de un perchero,
Tus pasiones y tu papel de hombre,
Tú ir y venir tus constantes luchas,
Y hasta los problemas que te angustian.
Deja de archivar el montón de papeles,
Cancela tus reuniones programas,
Deja de andar kilómetros a casa,
Solo quédate un minuto en paz.
Vuelve a tu niñez por unos momentos,
Regocíjate en los regazos de mama,
Deja renacer esos tus sueños de niño,
Solo corre, canta y siente la libertad.
Por estar entre consonante y vocales,
Olvidaste tu despertar de amor,
Dejando libre esos tus sentimientos,
Y un día sin darte cuenta echaron a volar.
Poeta duerme solo unos momentos,
Como la plasmante en cada línea,
Amigo este es tu tiempo, tu vida,
Sin mañana ni ayer solo descansa.