I
Viento llévame lejos
donde ya no me duela su recuerdo
donde no haya reflejos
de todo lo que pierdo
no me de cuenta si me encuentro cuerdo.
II
Donde sus dulces besos
ya no requemen mis resecos labios
que de ella siguen presos
por más que sean sabios,
de su néctar aún, guardan resabios.
III
Donde sus tiernas manos
que me daban caricias tan ardientes
que quitaban desganos
y deseos urgentes
no se conviertan, en pasiones torrentes.
IV
Allí donde sus piernas
que a mi cintura fuerte se envolvían
que cálidas y tiernas
hacia ella me atraían
no sean tormento mientras se enfrían.
V
Allí donde su piel
que bien se supo adherir a la mía
como mosca a la miel
que tanto el dulce ansía
no sea pena ni melancolía.
VI
Al lugar donde mi alma
encuentre al fin la tan ansiada paz
y no pierda la calma
al recordar su faz
pues olvidarla juro, soy incapaz.
-. Par