Oh ! dulce nectar de dioses, decía el conde.
Oh ! maravilla que sale de mi pecho, que buena eres.
Oh ! sinfónica estrofa del poema que recito.
Oh ! rayo de sol en el eclipse de mi alma.
Oh ! cuanto tiempo, ya van 5 minutos y no muere el día.
Oh ! creyentes paganos, sobrios de perdón y ebrios de pecado.
Oh ! amada mía, gracias por la bebida, de los reyes, gracias por la corona.
Oh ! cuchillo que atraviesa mi historia y me deja solo.
Oh ! soledad bendita, que acompañas los malos momentos y te quedas conmigo cuando todos se van.
Oh ! esto que pasa por mi garganta es el nudo, que me asfixia y que al llegar a mi corazón, es el impulso de vida para que estas gotas de sangre, se conviertan en polvo de estrellas al llegar a mi paladar.
Oh ! llegan las tinieblas, todo acaba, todo comienza, esto es tan rojo como su cabello y tan ardiente como la melodía que toca, para hacerle saber a los ángeles que ha llegado el día muerte y que por tanto, tiene que empezar la fiesta.