Hoy quiero dar las gracias a dos cosas
cosas que aparentan ser solo cosas.
Tan simples y sencillas como éso....
Cosas que se usan tan solo por aquello.
Y yo las miro y me desvelo
tan solo en el pensar de lo que hicieron.
En el desgarre perpetuo de la angustia
fueron brisas de amor y de consuelo.
En mi abanico español de pura sepa
se refugió el desespero de un calor intenso.
En cada soplo de lado a lado percibía
una ola de paz diseñada en el consuelo.
Y en el sonido y conocer de lo ocurrido
en el desespero inmenso de un desierto,
fue mi pequeño y diminuto radiocito
que encontré el contacto con el resto.
!Oh! Qué dos cositas tan cosa y tan sencillas
esas dos cosas que apaciguaron mi infierno.
Es por eso que a mi abanico y mi radiocito
los guardo en mi vista y en mi cielo.
Leonardo Henrricy
!