lucecitta

Sacudón.

 

El la beso. Y ella tembló como una hoja. Temblaba porque su corazón temblaba. Temblaba porque su vida temblaba. ¿Cómo no ha de temblar entonces su mortal existencia?

Temblaron entonces los árboles y sacudieron sus ramas mientras las aves alocadas se alejaban hacia el sol. Temblaron los techos de las casas y crujieron sus paredes desmoronándose hasta convertirse en polvo.

Temblaron las carreteras que los habían conducido hacia ese lugar, se abrieron ante ellos grandes abismos que antes los habían separados…

El agua del río desplegó sus alas sobre la costa y llenó los huecos del dolor… lleno las almas, los unió, quedaron flotando en un pedacito de tierra sumidos en un abrazo…

El la beso. Y ella temblaba como una hoja. Temblaba porque su mundo temblaba. Porque allí, frente a ella, estaba él, con sus ojos cerrados, con sus manos acariciandole el cabello, con su vida entregada a la suya, con sus promesas, con su palabra, con su…

-¿Estas bien? Una voz  la tomó del cuello y le sacudió sus sueños…

Ella abrió los ojos, y entonces el rio, las calles, las casas, los árboles, la pequeña isla, las aves…todo… todo estaba inmóvil… apoyó su cabeza contra el sauce…

El sol se recostaba sobre el otro lado del mundo…

A su lado, unas hojas y lapiceras desparramadas… un joven que la miraba extrañado…

-Sí, sólo me he quedado dormida…