-Quédate conmigo…
Pediste suplicante con apenas un hilo de voz,
Mientras mi cuerpo preparaba la inminente partida,
No pude cruzar el umbral de la puerta,
Había quedado preso en la dimensión de tu Amor,
Cerré mis ojos y sin volver la mirada,
Te descubrí desnuda y bella entre sábanas de seda.
-Quédate junto a mí… replicaste
Si te quedas te abrazaré con mi tremenda pasión,
Te bañare con una cálida lluvia de besos,
Besos cubiertos de miel que te harán soñar despierto,
Que invadirán con malicia tus ganas,
Presurosa juntaré mi cuerpo al tuyo y te dejaré tocarme,
Sujetaré con mis piernas tu cadera,
Y dejaré que llenes de tu calor mí interior que es tuyo.
Quédate a mi lado…
Bailaré semidesnuda para ti en la habitación,
¡Anda por piedad! acaríciame por donde tú quieras,
Prometo no poner resistencia,
Mira cuanto placer provocas en mí, en mi cuerpo,
Siente mis senderos, mis montañas,
Mi valle de éxtasis en lo profundo de mi corazón.
-Quédate un poquito más…
Mientras me acomodas en la posición que más gustes,
Jadearé gustosa lo que quieras escuchar,
Quizá tu nombre, Mio Amore, Papi, o solo Más, más, más,
Llévame al fin del mundo… allá comenzará nuestra historia,
Sé que vas a disfrutar cada momento de lo mío,
De eso que por ser muy mío es totalmente tuyo,
Dame Amor la esperanza de tu presencia por más tiempo,
Afable Vestiré lo que me pidas corazón,
Mucama, Secretaria, Enfermera o Colegiala,
Gana mi vida y pierde la razón.
-Quédate lo suplico…
Y entre mis piernas vivirás las Mil y Una Noches de pasión,
Dejaré en tus ojos mi silueta desnuda,
¡Anda mi vida! Regálame la magia de tu vehemente pasión,
Y… sino logro convencerte…
Si no te quedas conmigo,
Si no te quedas junto a mí,
Si no te quedas a mi lado,
Ni mucho ni un poquito más… si debes partir entonces sabré,
Que quizá la única esperanza que tenga en vida… sea la muerte.