“Si los sueños fueran algo opcional, yo elegiría no soñar si en mis sueños no estás tú...”.
Nunca mis sueños pudieron prohibirlos
y yo siempre soñar contigo me permití,
eran tan reales que hasta quise vivirlos
y juraría que más de uno seguro lo viví.
Mis sueños contigo eran irrefrenables,
el mundo para ambos se hacía pequeño;
de arder en llamas del pecado culpables
nos llegamos a declarar en cada sueño.
¡Claro que viví mis sueños! Eso lo sé.
Dejaste huellas que en mí permanecen.
Soñando en tu piel mil deseos sembré
y ahora despierto y veo cómo crecen.
Sueños entre realidades confundidos,
realidades tan bellas que se sueñan;
no existen tristezas y no hay olvidos
y ansias de amar de ambos se adueñan.
Mis sueños no aceptan límite o control,
si lo aceptaran serían tristes pesadillas;
es que en ellos no me hace falta ni el sol
porque eres tú mi amor, la que brillas.
En mis sueños llueven ángeles, llueves
y te veo caer desde lo alto gota de miel;
aun en la altura en mi cuerpo te mueves
y llenas de tu divino dulce toda mi piel.
No hay imposibles si te amo soñando,
hasta desnuda de lo alto puedes venir;
un mundo sin dónde ni cómo ni cuándo,
con versos que en tu piel deseo escribir.
En mis sueños juntos, abrazados reímos
y contemplamos muy unidos los ocasos;
un día cayendo del cielo nos conocimos
en loca caída libre directo a mis brazos.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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