La esperanza es el coraje que mantiene
en vilo a la dejadez y al tiempo.
Es el ánimo que conduce a lo probable,
y el deseo inefable en suspenso.
Es la fuerza impetuosa del anhelo,
la ilusión que despierta el entusiasmo.
Brecha de luz que con prontitud atraviesa
por la rendija que ventila el alma.
Es refugio de la incansable espera,
beata compañía del que aguarda;
luz que inclina el corazón hacia sus fuentes
y sostiene las miradas eclipsadas.
Y si tuviera todo lo querido
triste mi vida sin esperar sería,
por siempre seas la piedra más deseada
que impulse el ánimo a la vida.