Pompadour por quien suspira
algún Monsieur en su desvelo,
en el suave violoncello
o en la estancia de la lira,
tu perfume se respira
que es la esencia de la lis;
y en el mágico país
pregonó una anciana loca
que en las fresas de tu boca
saborea uno a París.
Norberto Osvaldo Algarín,
de Canciones para Erato, 2015
D. R.