BambĂș

DISFRUTAR

vi una estrella fugaz.
Cayó por el horizonte
del mismo modo que se desliza una lágrima,
como una gota de lluvia en un cristal,
tan dulce y lentamente que pudo darme tiempo
a pensar todos los deseos del mundo
y era tal la belleza del instante
que no quise pedir nada.
La seguí con la mirada
saboreando el tiempo,
el largo tiempo
que duró su estela en el oscuro firmamento.
Las estrellas anoche titilaban guiñando sus ojillos de caleidoscopio,
como inalcanzables diamantes
sobre el negro terciopelo de una joyería orbital.
Había muchas,
pero estrellas fugaces, solo vi una...
la más bella