Si te quedara una semana de vida,
Querrías hacerlo todo,
Sentir todo,
Sumergirte hondo
Excavar profundo
Hasta quedar sin fantasías
Ni metas pendientes.
Pero nadie (que lo sepa)
Lo experimentaría contigo.
Por el miedo patológico,
Por la aversión inherente
Del humano al encontrarse
Con su propia muerte.
Eso sentirían al tocarte,
Eso les provocaría verte
El tacto helado y la palidez
De un cadáver reciente.
Y así, se desconectan emocionalmente
Y así te conectas con la intriga suprema;
Que hay tras el velo de las tinieblas.
Esa quietud te asimila con los muertos
Ese silencio está apto para oír
Para huir, con el barquero
Dejando este rol y encarnando
Uno nuevo.
Dejando este plano y reencarnando
De nuevo.
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
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