Te mando el rizo
de tu blondo pelo
tus cartas un listón
y tu retrato
y el monograma de tu nombre ingrato
que escribiste con seda en mi pañuelo
asi lo quiso tu corazón de hielo
y yo tu helada voluntad
acaso ya estoy libre ¿ del cura y del curato?
que dicha te libraste de ser mia
que dicha y que placer me libre de ser tuyo
hasta nunca mi eterna agonía.