Palabras ahogadas que afloran por emoción
La vista ciega de mi padre no para de juzgarme
Tratar de sentir verdades es más difícil si la marea me lleva
Y todos estos ojos en el subterráneo
no paran de llorar sin el manchar al projimo.
Todo esto que pulsa en el cerebro
y mueve mi cuerpo
y mueve la pluma con la que escribo
tantos sentimientos que aprovechar
que en algún lugar del planeta
alguien acaba de olvidar.
Ya sólo queda un agujero.