Alfonzina

discorde

Lo más triste de todo es que yo soy yo y tú eres tú. Y ese es el comienzo. Nunca sabremos por lo que está pasando el otro en el preciso instante en que la noche cae y la distancia se vuelve más certera, en dónde me oculto bajo la cabecera para llorar en sueños, me abrazo en silencio y me dejo estar pensando en ti, en cómo estarás. No se cómo explicarle esto a las caretas y al silencio; a la triste dinámica entre dos almas que quisieron ser pero que no pudieron. Que se desvanecieron en el tiempo, en el miedo, en el amor.

Dime qué debo hacer para seguir viviendo con este ruidoso silencio sin que me envenene el alma. Sabiendo que te marchas y que yo también me iré, sin pronunciar más palabras que un adiós.

Dime cómo puedo continuar si no es muerta o amándote.

No hay respuestas, nunca las hubo. Todo va perdiendo sentido.

Prefiero callarme que seguir discutiendo contigo.

Prefiero callar. Callar.

Prefiero silenciarme, apagarme, destruirme antes que herirte y no saber aquí en la distancia como estás, porque el silencio es parte de la ruptura y yo soy yo y tú eres tú. Y cuando lloro por ti en las noches o en media mañana, no me gusta pensar que tú también puedas estar llorando por mí.