I
Truenos suenan en el aire.
Nubes grises en el cielo,
gotas de lluvia que caen.
Pájaros cantan al vuelo.
Relámpagos y tormentas
se oyen por todas partes,
Semana Santa mojada...
dudo que salgan cofrades.
Desde este lugar lejano
apartado aquí en Sevilla
veo como el agua cae,
oígo tormentas que chillan.
Cada vez suenan más fuertes,
el agua llueve a cascadas
mientras apareces en mi mente
amor, dentro de estas alambradas.
II
Ya ha parado de llover,
ha cesado la tormenta
pero el cielo sigue oscuro
truenos de nuevo acechan.
El gorrión se ha escondido
pero escucho su cantar
oculto entre la maleza...
¡ahora lo veo volar!
Se posan en los alambres
de cuchillas afiladas
como coronas de espinas
rodeando la muralla
de la cárcel donde estoy,
provincia la de Sevilla
cerca de Huelva que soy,
mi tierra la más querida.
III
El sol ha vuelto a salir.
El cielo se ha despejado.
Tan sólo un rato dormí
sobre esta cama, acostado.
Estaba pensando en ti,
pienso cada vez que puedo
y no ceso de escribir
para ti lo que yo siento.
Ahora, el cielo está azul,
la lluvia ya se ha marchado
y yo me quisiera ir
para estar justo a tu lado.
Abrazarte entre mis brazos,
llenar de besos tus labios,
decirte cuanto te quiero...
susurrar cuanto te amo.
Tengo sin embargo amor
unos muros que me traban,
que no los puedo subir
lo impiden sus alambradas
con afiladas cuchillas
cortantes como navajas.
Quisiera ser como un ángel
provisto de grandes alas
para llegar a tu lado
salvando estas murallas
con sus coronas de espinas
de acechantes alambradas
de esta cárcel de Sevilla,
¡cárcel la que a mí me atrapa!
Sevilla 22 de Marzo de 2016
Ermanué (c)