No podrás olvidarme
ni borrar todas las huellas de mi paso
ni impedir que tu sombra con la mía
se unan en abrazo en el ocaso.
No podrás olvidarme aunque pasen
los días y los meses y los años,
en tus sueños sentirás que vuelven
tus deseos ardientes como antaño.
No podrás olvidarme, desdichada,
pues verás que te miro con reproche
desde el destello azul de la mirada
del ángel que engendramos una noche.