Que árida resulta el alma sin el contacto del oasis de tu piel.
Los labios como captus en el desierto
esperan que sus espinas se
hagan almíbar con tus besos,
se hagan delicias en un buffet de caricias,
Y se complementen de un bocado
fundiéndosen en la locura del arrebato.
Áridas manos, árido cuerpo, áridos besos.
Si no nutres la desventura del tormento
que son arenas enrojecidas del desierto,
Sino sacias su sed de momento,
¿Cómo esperas que busque tu aliento?
Sino eres manantial en sus arenas,
¿Cómo dejar que se ahogue en el silencio?
Sino le das agua a la flor,
ella se marchita y muere,
sino le das tiempo al amor el
se marchita y muere.
Como pretender que una semilla brote
sin esmeros, cariño y cuidado.
Como hacer que crezca
con puras palabras sin hechos.
Áridas manos, árido cuerpo, áridos besos.
Árido amor que se ha esfumado del corazón…
Escamosas aguas que se mesen
en la sombra de tus palmeras.
Ásperos vientos que deshacen en si sus arenas.
Y un oasis neutral a la sangrienta
guerra que desata el desierto del alma.