Extravié de mi reloj sus marcadores,
manecillas de ilusión con mi ternura,
segunderos caminando con dulzura
confundidos en tus ojos soñadores.
Se perdieron en tus brazos seductores
mis instantes tan tranquilos de mesura,
y mi noche me parece tan oscura
por los días que buscaba tus amores.
Arriesgando mis auroras tan serenas
por el beso apasionado de tu boca,
entregué mis sentimientos a las penas
que tu cruel indiferencia me provoca;
las mentiras y tración las almacenas
en tu fondo impenetrable que es de roca.