Que infaltable consejero,
En las noches de bohemios tristes,
Que infaltable compañero,
En los días de sentimientos felices.
El consuelo del dolido,
El pañuelo del sollozo,
El alimento del mendigo,
El premio del gozoso.
De amargo sabor,
De color indescriptible,
De un fragante olor
Y de un corazón muy sensible.
El es como babel,
Pues sin distinción aduna,
Él te ayuda a florecer,
Respuestas a cualquier duda.
Amigo, de mi vida toda,
Mi consejero leal,
Él, quien hasta ahora,
Mis penas ha logrado sanar.
Gracias bendito licor
Por ayudarme en este mundo,
Por acabar con penas del amor,
Aunque sea por solo un segundo.