Ojalá no sea en vano
las manos que se levantan
en invocación ardiente,
menos la canción valiente
Ojalá no sean vanas
las lágrimas derramadas
por fervoroso creyente,
tampoco el verso paciente
Ojalá no sea en vano
aquel verbo iluminado
ni la suprema conciencia
menos la clara vivencia
Ojalá que sea cierto
lo que aquel poeta nombra
su palabra en el desierto
que la luz cubre la sombra
Perdería su sentido
hubiera pasado en vano,
sería brutal sonido
si fue solamente engaño
Sería brutal aullido
la prometida esperanza
el paraíso perdido
toda sensible alabanza