Ayer, mientras tenía lo que tuve
no supe valorar lo que tenía
Y si entonces podía, ya no pude
Ni hoy podría querer lo que querría.
Pasé la juventud de la cigarra
riendo del esfuerzo de la hormiga.
El vino, los amores, la guitarra,
la holganza, la pereza; mis amigas
Si bien la moraleja la conozco
y es prédica de paja mi consejo
para evitar que igual le pase a otro
confieso, siendo vieja, que contemplo,
perdida sin remedio la esperanza:
que el sumun del pecado es perder tiempo.