A MI HIJO MAYOR.
¡Hijo! Te quiero con amor profundo,
y siento que la vida no me alcanza
para pedir a Dios con alabanza,
te proteja de la ira de este mundo.
No quiero que seas un errabundo,
que sin rumbo fijo y sin esperanza,
pierdas la ilusión, la fe y la confianza
de ser un hombre genial y fecundo.
Ni la ira, ni el dolor, ni la derrota,
detendrán los anhelos de tu mente,
porque lucharas así gota a gota.
Te amo con pasión, y eternamente;
y así mi alma se encuentre tan remota,
¡Hijo!, te amare incondicionalmente.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez
Registro No. 10-637-337.
Dirección Nacional de Derechos de Autor.