Del libro La Vida es Viviendo
Y de repente… caí
a un costado de tu amor
como víctima apacible
de un fascinante rumor.
Sin saberlo me perdí
en tu escena de pasión,
y aún no sé dónde aprendí
a entender tu corazón.
Con el tiempo comprendí
que tu encanto me envolvió,
y en cada beso que di
te dediqué la razón.
Pero, también, concluí
que no es casual nuestro amor,
porque no hay coincidencia
que el destino no escribió.