Pegaso poeta

Con un instante basta

Por dentro de un amasijo de visión

brotan en cadena perpetua

con un bullicio que endurece

imágenes y analogías que son

reflejos y castigos de ningún ser,

que son candados de música,

cerrojos de la nada amontonados

en torno al ojo mismo

de la aguja que busca

la salida.

 

La dirección es sólo una

buena intención que acaba

por soltar el nudo

que forma la madeja

y da coherencia

a la visión.

 

La inercia surge sola

de la necesidad interna

de clavar el dardo

firme y con sentido,

de la voluntad de actuar

en la misma escena

del único actor

conocido.

 

Siempre con preámbulo

tan largo e inútil

se amarra la consciencia

de ser uno mismo

el que observa y dirige

los mitos y desengaños,

se hace injusticia

sin fiscal ni parte

al tiempo que perdió

su dueño.

 

Con un instante basta

para recubrir el exterior

del interior que se desnuda

en frente de la única

imagen de sí mismo,

con un instante sobra

para dilucidar el modo

como se ha de representar

la propia trama.