Triángulo isósceles
enero 23 de 2018
Enjugando una lágrima quemante
prosternado al cadáver de su amada
deja ver en sus ojos al instante
el dolor de una angustia sofocante
y el sofoco de un alma atormentada.
En silencio, en la sala desdoblada
con los ojos rojizos por el llanto
una joven reposa acongojada;
es la amante, la eterna enamorada
la que siempre perturba con su encanto.
Está triste la amante, no es, por tanto
do se sienta culpable a su manera
pues no tiene sentido que haya un manto
que dé sombra a la amada, será un canto
ese dulce sabor de la quimera.
No es el mismo sabor de la ramera
sino encanto de amante fantasioso,
no es lo mismo entre dos ser la primera,
competir con amor, con fe sincera,
y si no hay contendor, también al foso.
Entre tres el amor es pernicioso
te despierta el afán, la incertidumbre,
por lo tanto, el placer, lo más fogoso;
es difícil andar por pedregoso
empinado sendero hacia la cumbre.
Sigue a oscuras, prosterno, aún sin lumbre
hoy solloza sin paz el doble viudo,
sin esposa ni moza que deslumbre,
ni una amiga su abismo que le alumbre,
con amada y amante era un cornudo.