Entre musas del Parnaso
devastes e intemperies
en un desierto de desafiantes arenas
y sienes de atribulados hechizos
quien hallará la cascada incesante
de húmedos desenfrenos.
Manantiales
cántaros de níveas lluvias
alargan la acequia de un leve rio
que anega las laderas.
Entre bosques de enhiestos sauces
musgos y hojas secas
se esconde un desahogo
para que alguien lo encuentre.