-No creerías en las ninfas
Ni aunque te tocara
Y de mí brotaran flores
Ni aunque te inspirara
Y tus ideas evolucionen-
Y después de todos sus dolores, ofrece;
Una sonrisa reluciente.
Lista para ser manchada.
Un alma candente.
Lista para ser marcada.
La palabra benedicta
Me quedo atorada
En el nudo maquiavélico
De mi garganta.
Con pobre impronta,
Y a nadie le importa,
A donde se dirija ahora mi hipnótica mirada.
JULIETA IALLORENZI
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