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EL DESPUÉS

Vida velando a la vida,
paz en la vida que velas;
vida que vives en la luz,
luz, detallas e iluminas,
no te alejes en distancias,
no te apages ni te pierdas.
La sé, amanecida y sin ello,
la sé, agarrando y teniendo,
la sé, pegando y enlazando,
desatando nudos y uniendo;
muriendose por vivir.

Hielan las mañanas,
son telarañas,
cuando de noche
aún van cubiertas,
despiertan dragones,
visten y empañan
con verdades taladas,
ardientes, cansadas,
que pertocaron en algún devenir.

Madrugadas rayando
el punto extraviado,
tachan similes deslenguados,
solicitan vacunas
para males de amor
para la rabia o la ira;

bautizan en cada salida. 


Caras se pagan las jugadas
cuando sale mal la partida;
dar la cara nunca implica
ni marchar,
ni esconderse,
ni fugarse corriendo
preso de panico;
en huida.