Aquél día bajo el otoñal cielo primaveral
mi corazón escucha el suave rumor
me envuelve en paz tu sonrisa floral,
existe la palabra amor.
Aquélla confusa niebla de corte noble
distrae tu mirada de verde color,
pensé morir bajo el orgullo de tu sable,
solo una prueba de amor.
Aquello que brota en el jardín del edén
se siente en tu ajuar de blanco esplendor,
los amaneceres de canto alegre exigen
el enlace de amor.
Aquéllos acordes dibujados por tu voz
invitan al capullo dar vida a la flor,
sueño habitar en ti el paraíso vivo
de tu canto de amor.
Aquéllas edades serán femeninas,
las tres Marías arribarán en el fragor
de tu calma y hermosura fina,
nos habla el amor.
Ese llanto será su primer gesto,
la perla del rocío duerme en el calor
de tus brazos y reflejo honesto
bendice el amor.
Eso que halla en el artista de noble virtud
de piel perfumada y de terso frescor,
donde perece la infancia y nace la juventud
le dicen amor.
Esos días que el sol ha ocultado
su silencioso velo de perla candor
y su frondosa mirada invade el altar iluminado,
comparte su amor.
Esas frías mañanas de cálido manto,
juntos en tu lecho frente al mirador
el recuerdo vivo endulza mis ojos en llanto,
vive el amor.
Esa delgada esperanza de vida
no tiñe tu limpia fuente de fulgor,
siente mi alma amorosa y dormida
les dejo mi amor.