El pan sobre la cesta de mimbre,
la cerveza bien fría,
las palabras que una vez dichas
se pierden entre el tiempo
como un grano de arena podría
perderse en el desierto,
el adiós postergado que la tarde
alarga con su sueño-enredadera
creciendo alrededor de nuestros brazos.
El entierro será dentro de unas horas,
supongo que hasta entonces este paisaje
seguirá siendo el mismo que hasta ahora.