PRESENCIA DIVINA
Un hada genia,
garabatea el cielo
con aerosol.
Tatúa el celeste
con caprichos del corazón,
sueños violeta,
nunca confesados,
ni sospechados.
Y hasta los grillos,
y unos cuantos
poetas locos,
miran el horizonte,
sabiendo que,
desde el llano
o la montaña,
este planeta,
tan pesaroso y asfixiante,
solo por ella,
es más bello…
(Para mi hada
Por siempre)