A dos soles de acabar mi sequía
Te conocí con sal y hierbabuena
En la costa altanera como un monte,
Junto a la mar serena.
Y te posaste en mí como un jilguero
Gracias a unas letras casi novatas.
Entre los dos el amor fugaz tuvo
Pasiones inmediatas.
Tras el beso veloz, la vuelta a casa.
Tras tus manos frías, el lecho seco.
Tumbado entre sábanas y humedades
Resonaba tu eco.
Pero en la mañana la cruel resaca
Junto a los compromisos familiares.
Pero en la mañana dejé de ver
Tus globos oculares.
Más tarde, el error inundó mis sienes
A la tarde siguiente, el ego triste.
En otra playa un poco más lejana,
Te llamé y no cogiste.