Fabricio Terán

Paz

Si los niños pudieran convertir

A cada habitante deformado en sonrisa

La guerra no arrebataría golondrinas…

Volarían bajo un manto verde y dulce de cerezos

Entre restos de coches mortuorios

Mucho silencio a las siete menos diez

Opacando el recuerdo de los tambores

Sin olvidar ninguna pena útil claro está

Y reinventando los relojes como objetos de esperanza

En ocasiones habría que esconderse por el frío

Mas en tales circunstancias la nieve sería bienvenida

En cada patio colina y edificación

No por blanca o generosa sino por neutral

Dándole una oportunidad a las azoteas de vivir

En crecimiento a corto plazo

Libres al fin de criar ciertas aves y musgos

Indefinidamente y organizar fiestas

No todos serían ruidosas o…

Volátiles y sedientas de vino…

Al contrario de años anteriores

Se podría invitar a todo el barrio aunque diezmado

Ondeando banderas de colores

Rabiosos pero sin víctimas nuevas para llorar