Siempre pienso en la vida
y en tus ojos,
y recuerdo,
las tibias palmas que un día
me colmaron de silencio;
y que en tu boca de aurora
los cuentos - como explotando -
volaban alto en el techo
dejando todo adornado.
En la vida pienso tanto...
pienso de noche: desvelo,
pienso de día: tortura
pienso en tu voz,
en tu pelo,
y en la ceniza de luna que te aleja del acecho
de los años, del pasado
y hasta de mis pensamientos.
Pienso que la vida adorna
como corona mis sueños
y a veces su fino embudo
le impide a tu amor ingreso.
Pienso en la pesada arena
con la que nos sentencia el tiempo
y que el rigor de tus labios
me sella con firme beso;
y en tu cabello hecho añil,
y que en la espuma tu cuerpo,
se mece como dormido entre lirios y lamentos.
Pero no te pienso en vano,
te pienso porque te deseo
porque el reloj de tus horas
marca con magia mi tiempo.