Se encienden rutilantes las estrellas,
creando luminosa fantasía,
describen en la mente poesía,
y dejan en parejas fuertes huellas.
Amantes de las noches, siempre bellas,
de dioses, deleitosa es la ambrosía,
disfrute compartido en armonía,
dejando sin razón, grises querellas.
Las noches laberintos de obsidiana,
encierran los misterios de lo arcano,
la luna silenciosa como diana,
observa las congojas del humano.
Los ruegos a la estrella más cercana,
se pierden silenciosos en lo vano.