Ana Belén Jara

C A I G O

Paren las hojas, congelen el tiempo, que este otoño tardío me deje bajar.

Dejate llorar por el agua, verde, profundamente encendida, pero escondida,

porque sólo vemos la mugre de la belleza que vivimos,

La soledad de una pupila repleta de colores, que vienen a mirarnos.

Sí, esas risas vienen a la orilla, esquivando mi boca, el vaso que nunca se llena,

el letargo de un beso falso que crece de un solo bostezo.