Si fuera yo quien cada noche
baja hasta tu rostro
y seca tus lágrimas de hombre.
Si fueras vos quien al dormirte
me encarnás en tus sueños
como risa, como tu ángel,
tu flor de consuelo,
tu abrigo de invierno,
el dulzor en tus labios...
Tu llanto sin lágrimas
retorna al dolor donde nace,
entonces es posible que sea yo
esa gota que rueda por tus mejillas,
que sea yo la humedad de arroyos no explorados
la que cubre tu rostro...
Si fuera yo quien cada noche
seca tus lágrimas de hombre.
Si fuera yo quien volviendo del otro mundo
despertara a tu lado en nuestra cama de bronce.