… me río de los siglos a las seis
mujer que me hinchas la luna
con tus cauces claros
hasta romper la curva del dolor
y liberarme
para jugar en tus imponentes montes
donde brotan mareas de embrujo
que llenan la copa del deseo
y le tributo horas a tus lacónicos pies
Más tarde
y también por tu recuerdo
la madrugada me enseñará sus rostros múltiples
fraccionados de naciente luz
y extasiada oscuridad