Hoy decidí dejar de quererte,
dejar de extrañarte,
vivir un segundo en calma en
espera de esa mano que salva,
vivir sin ayuda sin alma.
Y aunque extrañe tu habla,
no olvidare aun es muy pronto
para que seas alguien cauta.
Alguien que cautiva que asimila y desarma.
Porque en las noches amargas,
mientras el insomnio llene hasta el alba
sabre en el fondo del alma,
ella es quien mi dolor calma.