A veces te prefiero distante,
inasible como el pensamiento.
Inalcanzable, profundo.
A veces te quiero escondido
en alguna metáfora de mis versos.
Otras, en silencio absoluto
como si estuvieras ausente,
y que en esa soledad tuya,
me encuentres.
Pero son tantas las veces
en la que te necesito tangible,
zambulléndote en mi sangre,
ahogándote en mis ansias.
Hoy, quiero adorarte de cerca
de todas las maneras posibles.