Aire que se precipita ante
un millón de ojos hechos un par,
puños tensos y mirada centelleante
ante reflejo acuoso.
Silencio arañado y palabras
diluidas que flotan lento
sobre cuerpo vocal.
Burbujas que revientan en
dientes amarrados.
Melodía bigorizante que salta.
Y maquilla dientes chuecos,
arrugas y sudor.
Pecho inflado.
Rugido rampante que recorre
una habitación sorda.
Palmas que chapotean,
brincan y llenan erguidas
las curvilíneas marcas nubosas
de una silueta en calzoncillos frente al espejo.
Octavio Márquez