No tengo nada que escribir,
no podré leer mis pensamientos
Porque no hay nada escrito.
No podré mirar más allá de esta túnica blanca,
que se proyecta delante de mi sombra más callada.
El color blanco es el dueño de mi persona
y me pasea por el cementerio de almas olvidadas.
No tengo nada que escribir,
el silencio de las vocales estrangula
al verso más exquisito,
al poema más preciso ,
al soneto más rimado.
No tengo nada que decir
el silencio da respuesta al mutismo consagrado.
No tengo nada que contar
porque mis labios se han quedado sellados.
No tengo nada que escribir,
No tengo nada que sentir.