Hoy, estoy afligída,
apenada por desamor.
Por no residir en tus brazos
por falta de tu adoración.
¡Qué triste! ¿verdad?
La alborada llegó gélida
sin tu tierna compañía.
Hace falta tu ser y semblante,
tu dulce voz y compañía.
Pero llegó la noche cariñosa
con un ambiente de pasión.
Llegó, regando claveles
demostrándome tu amor.
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Aquí te dejo estos claveles
en esta noche de viento, fría.
Para ti son mi tesoro
Para ti, vida mía.
Autora
María Luisa